Durante un viaje en tren con tropas canadienses, el teniente Harry Colebourn decidió comprar un cachorro de oso negro. La osezna, a la que llamó Winnipeg, empezó a viajar con los soldados y se convirtió en su mascota, hasta que en 1919, para protegerla, la llevaron al zoológico de Londres, donde era una de las principales atracciones. Años mas tarde, esta historia serviría de inspiración para la novela de A.A. Milne, "Winnie the Pooh".