Se inicia en el teatro siendo aun una niña con la Compañía de Loreto Prado y Enrique Chicote y ya a temprana edad comienza a cosechar éxitos sobre el escenario, como el alcanzado con la obra Champán. En 1923 pasa a trabajar junto a Catalina Bárcena y Gregorio Martínez Sierra, hasta 1930 y en 1934 crea su propia compañía. A lo largo de una trayectoria que se prolonga durante seis décadas, se consolidaría como una de las grandes damas de la escena española del siglo XX, con éxitos notables como Las mariposas son libres. En cine debuta en 1928 y su trayectoria, a diferencia de la teatral, circula en torno, casi siempre, a papeles secundarios, aunque de sólida factura. Su hija, Amparo Soler Leal, nacida de su matrimonio con el también actor Salvador Soler Marí, continuó la tradición artística familiar.