Arenas quiere librarse de su pasado, abandonar el oficio de hipnotizador y comenzar una nueva vida, en un sitio donde nadie lo conozca. Así, llega a Puente Blanco, una isla portuaria donde se asienta una población que no conoce de violencia, ni muerte. El esfuerzo para llegar a Puerto Blanco fue extremo, y Arenas cae desmayado y sufre un golpe en la cabeza.