El gobernador Campomayor concibe un astuto plan para quedarse en propiedad las tierras comunales, las que por privilegio real se conceden para uso común de todos los campesinos del pueblo. Campomayor tiene un cómplice, el delegado del rey, que amañará las escrituras de propiedad. Pero Bandolero se entera del engaño, y hace que su amigo Toni, usando su habilidad para disfrazarse, se infiltre en la casa del gobernador y haga fracasar el plan.